La mujer perfecta

Fue el viento en mi rostro
y esa extraña sensación
de un lugar lejano.

Fue el sentirme sola
pero acompañada,
abandonada,
perdida
en el bosque de tu oscuro pensamiento
y es que pensar en ese momento
me lleva a la incertidumbre.

Y descubrir que mis impulsos
son no-impulsos
cuando se siente de verdad.


Es ahora que la sensación
me embarga:
El miedo a seguir perdida
en mí,
en no ver lo maravilloso
del espejo.

De llegar a tocar aquel espejismo
y morirme...
de miedo.

De resucitar sin verte

o de no ser la mujer perfecta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario