(Romeo y Julieta – Shakespeare)
Es el instinto mi arma mortal
Pero el deseo clava la daga
En corazón hiriente
Fueron tus besos
Los que me hicieron soñar
En confusa pesadilla
No supiste nunca
Que pisoteaste el charco
De mi sangre derramada
Jamás imaginaste
No pudiste controlar
Siente el dolor de mi piel atravesando
Y ahora que viene el huracán
El viento salvaje quiere llevarme
Volando por los aires cual pobre gaviota
Pero tan pobre no soy ni gaviota
Me elevo en el susurro
De mi triste agonía
Me miraste y caí
Pero no es un tonto el que cae
Sino el que cae dos veces
Y al recordar
Ese triste aroma a melancolía
Que surgió del suave roce de los cuerpos
Veré en mis ojos
El pálido brillo
Después de vomitar
He comprendido una vez más
Que mi destino
No es amar, ni ser amada.
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