
Jesús Veliz es uno de los tantos periodistas que usan Twitter. Por la página me dice “Llama a la radio ahorita”. Le pido el número de teléfono de la radio y le comento a Luciana. Ella me responde: “A mí me da roche, llama tú”. Yo no tengo vergüenza. Llamo. Me contesta la productora “Hola ¿Cuál es tu nombre?”. Le doy los datos que me pide. Estoy al aire. Jesús dice “Hola ¡Cómo te llamas!”. Le respondo “Soy Lorena y llamo por…” Cuando empiezo a hablar nadie me para. Los conductores del programa me preguntan algunas cosas sobre Milagritos y hacen la convocatoria. “Más tarde nos vamos al Treff bar a seguir vendiendo, están invitados”, termino. Le agradezco a Jesús por medio de la página y me pide que le guarde un llavero. Le respondo con una carita feliz.
La transmisión por el stream va bien. La gente entra a ver el video y puede ver en vivo a los que muchas veces solo leen por Internet. Me preguntan quién es el chico que llega y les digo “McV1C10us”. Macvicius saluda a la cámara. “Vecaslife” me pide desde Miami que le pida a “Pamteran” que le compre 2 llaveros. Una vez más mando el link con los datos de Milagritos. Doy información al respecto. “Cesarbravo” me toma una foto desde su celular mientras escribo. Yo me doy cuenta recién cuando veo el link. Le grito desde la otra esquina del café: “¡Ya te fregaste ‘Cesarbravo’!”. Se ríe. Trato de escribir la crónica, conversar con las casi mil personas que me siguen, enfocar bien con la webcam y promocionar el caso de la niña. No puedo con todo. Son casi las 10:30 p.m. y les digo “Vamos yendo al Treff”. Me piden últimas palabras: “La vida virtual se mezcla con la vida real, geek que se respeta apoya las causas en Twitter”. Cierro sesión.
Nota: Tarea de Taller de Periodismo Narrativo - Ir a un café y escribir sobre lo que sucede.
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